017 - El sombrero.

Un buen sombrero ha de saber cuándo colocarse encima de la cabeza, cuándo tomar la iniciativa de hacer una cabriola para esquivar un hachazo o sostenerse en el aire como quien camina entre nubes.

Un buen sombrero ha de saber disfrazarse de sombrero entre la jungla de los cubrecabezas, pero nunca abandonarse a ser sólo la idea del objeto, si bien un sombrero podría estar abandonado en apariencia, puede que en el fondo esté pensando "¿cómo ha de ser un sombrero?" O "¿qué sombrero quiero llegar a ser?".

Incontables sombreros hablan consigo mismos en un lenguaje que se parece al silencio.

Hay que tener cuidado con eso, a veces podríamos zarandear a un sombrero que está apunto de llegar a ser algo interrumpiendo para siempre ese proceso de metamorfosis.

Incontables sombreros son incapaces de retomar su carrera como sombreros tras perder el hilo de lo que se estaban diciendo, y muchos otros son incapaces de levantarse a sí mismos cuando es demasiado el polvo que acumulan sobre su cuerpo.

A veces uno no sabe diferenciar qué sucede primero, sólo queda como resultado el olvido o el abandono, y llegado a ese punto la oscuridad se convierte entonces en el único paisaje a su alcance. Poco a poco esa oscuridad se les pega a sus ojos, y el espíritu del sombrero se apaga lentamente como una vela sin oxígeno. ¿Acaso no somos aquello de lo que nos rodeamos? No es diferente para un sombrero.

En definitiva, un sombrero podría ser otro sentido que conecta el cuerpo con el universo, o un canasto para recoger unas monedas.

Ahí es donde entra la experiencia del propio sombrero y la de aquel que tiene que decidir entre abrirle su alma, o dejarle tan sólo su cabeza.

(Bath, Reino Unido. 30 de Marzo de 2014)

2 comments:

  1. Me gusta el local, con sus sillas de naipes, es muy original. El helado es ecológico? Parece un buen sitio para tomarse un té relajadamente, sino llega el sombrerero loco o quizás es mejor que venga.

    Un abrazo.

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  2. (un sombrero... será eso, una corriente eléctrica que te recorre y hace de tu cuerpo el puente entre la tierra y lo onírico, o un plano anímico al que no sé cómo llamar. algo así, quizá.)

    muá.

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