EL JAZZ DE LOS PREPARATIVOS.

A mitad de la noche, la maleta se mueve como con vida propia.
Es el espíritu de la aventura
que se ha colado en ella,
cantando a pleno pulmón
la vieja melodía antes de un viaje.

Las mariposas de la música se cuelan por la ventana,
y mi corazón tartamudo sale de su caja
bajo ese aleteo hiperactivo,
donde aventura y corazón bailan pegados,
como dos amantes que nunca debieron separarse.

Al final de la noche, la aventura es una pizarra vacía,
esperando a que escriban sobre ella
todas esas piezas que encajan formando buenos recuerdos.
Al amanecer, siempre con pocas horas de sueño,
el ritual acaba en un susurro de palabras arcanas:

Que lo que sea unido con magia,
no lo separe el olvido.

2 comments:

  1. No puedo evitar sonreír desde el primer párrafo y lo identificada que me siento, pues vivo entre aeropuertos y mi maleta nunca falta conmigo.
    Los últimos dos versos son dignos de cita célebre.


    beso.

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  2. Me encanta como escribes y no he podido resistirme a dejarte una huella. Los dos últimos versos son fantásticos.

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